martes, 16 de noviembre de 2010

Guatavita La leyenda del Dorado

Mitos & Leyendas Colombianas: Los Muiscas


Organización política y administrativa



La
 Confederación Chibcha era la forma politico-administrativa que conformaba la Cultura Muisca tal como fue encontrada al momento de la llegada de los conquistadores en 1537. La conformación confederal presupuso el predominio de los psihiqua , jefes o caciques, dentro de cada comunidad. El origen y parte de la explicación de de unidades políticas que trascendían la comunidad debe buscarse en los lazos de parentesco, como los que existían entre los caciques de Bacatá y Chía, Tunja y Ramiriquí o Duitama y Tobasía . Aunque la necesidad de unirse para ejecutar obras o comerciar o de aliarse temporalmente durante las guerras, haya desempeñado también un papel en la articulación confederal, entre los Muiscas la tendencia prepondrante llegó a ser la sujeción de las comunidades más débiles por las más fuertes, por medios militares.
El cacique dominante dentro de una confederación respetaba el gobierno autónomo de los caciques subordinados y mantenía la territorialidad de las respectivas comunidades, pero se convertía en el máximo jefe militar y además el detentador final y principal beneficiario de un sistema de tributos comunitarios que ha sido documentado . Operaba una superposición de estructuras de caciques y comunidades dominantes, subdominantes y dominados , a la que le correspondían caciques de jerarquía diferente, que los españoles denominaron "señores" (zipa), "caciques" (uzake, eran convocados a los consejos), "capitanes" (sybintiba) y "capitanes menores" (utatiba). Se heredaba el cargo por línea materna .
Las confederaciones hermanas, ubicadas en el Altiplano Cundiboyacense, área central de la Cordillera Oriental de los andes colombianos, comprendían un territorio de aproximadamente 46.972 km2 (área un poco mayor que la de Suiza: 41.285 km2), desde el norte de Boyacá hasta el Páramo de Sumapaz, y desde las cimas hasta las faldas de la cordillera en la Cundinamarca oriental, limitando con los Panches y Pijaos, tenía una población de aproximadamente un millón de habitantes. Pero el área de influencia de la cultura muisca es mayor, comprendiendo parte de Centroamérica.
Las confederaciones conservan la soberanía, luego es inexacto hablar de un "Reino Chibcha" y mucho menos de un "Imperio Chibcha". El caso del "reino" no se cumple porque no existía un monarca absoluto y no se cumple el caso del "imperio" porque los muiscas no sometieron pueblos no-muiscas a su régimen político. En este sentido las Confederaciónes Chibchas no pueden ser comparadas al Imperio Azteca o al Imperio Inca que le eran contemporáneos. La importancia política de la Confederación Chibcha es que fue la más grande y la más organizada confederación de tribus del continente. Cada comunidad estaba regida por su jefe o cacique, tenía su autonomía y se sentían parte de su confederación.
Los Muiscas no trataron de agregar a esas confederaciones a otras etnias, sino que sus jefes se batían entre ellos para unirse entorno al vencedor . La confederación, además de ser entre tribus hermanas, de la misma cultura e idioma, garantizaba el trueque y la defensa común ante enemigos externos. Por esta razón el ejército dependía directamente del máximo jefe de la confederación (Zipa o Zaque) conformado por los güeches, los tradicionales guerreros muiscas.
Al llegar los europeos, había dos confederaciones principales, la de Hunza (hoy Tunja), cuyo soberano era el Zaque y la de Bacatá cuyo soberano era el Zipa . Ambas confederaciones tenían relaciones políticas estrechas dada la afinidad étnica y cultural, pero mantenían rivalidad. Además de Bacatá y Hunza, los cronistas refieren la existencia independiente de las confederaciones de Duitama (Tundama), y Sogamoso (cuyo jefe era el Iraca).Territorio del Zipa (Dividido en cuatro partes):
  1. paquirá, Nemocón, Engativá, Bosa, Soacha y Zipacón.
  2. Cacicazgo de Guatavita: Guatavita, Sesquilé, Guasca, Sopó, Usaquén, Tuna, Suba, Teusacá, Gachetá, Chocontá y Suesca entre otras.
  3. Cacicazgo de Bacatá: Funza, Tenjo, Subachoque, Facatativá, Tabio, Cota, Chía, Cajicá, ZiCacicazgo de Ubaque: Ubaque, Choachí, Chipaque, Cáqueza, Usme
  4. Cacicazgos de Fusagasugá: Fusagasugá, Pasca y Tibacuy.
  5. Cacicazgos de Ubaté: Ubaté, Cucunubá, Simijaca, y Susa.
  • Territorio del Zaque: Hunza, Ramiriquí, Machetá, Moniquirá, Tenza, Sutatenza, Somondoco, Soratá, Tibirita, Lenguazaque y Turmequé.
  • Territorio del Tundama: Duitama, Tobasía, Paipa, Cerinza, Ocavita, Onzaga, Soatá, Ibacucu, Sativa y Tibaná, entre otras.
  • Territorio del Iraca: Sogamoso, Bombaza, Busbanza, Chipatá, Pesca, Pisba, Tópaga, Toca entre otras.
  • Cacicazgos autónomos: Saboyá, Charalá, Chipatá y Saquencipa, Tacasquira, Tinjacá, entre otros.
  • La confederación de Guanentá[12] , no era de Muiscas, sino de Guanes, y la de Cocuy[13] de Tunebos, pueblos ambos de lenguas Chibchas, pero diferentes.
La legislación muisca estaba basada en la consuetudine, es decir, en la fuerza de la tradición. Un determinado comportamiento más o menos aceptado por el común y aprobado por la máxima autoridad (Zipa o Zaque), era tenida por todos como fuerza de ley. En tal sentido dicha manera de legislar corresponde naturalmente al modo organizativo de una confederación y de esta manera la normatividad muisca tenía un admirable nivel administrativo. Los recursos naturales no podían ser privatizados. Bosques, lagunas, páramos, ríos y recursos naturales en general pertenecían al bien de todos.
Economía
Sistema de cultivo Indígena
Desde el punto de vista cultural, los chibchas se asemejaban al pueblo inca; practicaban la agricultura del maíz, papa y otros tubérculos andinos con ayuda de un extenso sistema de regadío. Tejían telas de algodón y eran grandes expertos en la artesanía del oro, realizando finísimas láminas decoradas con motivos de alambre o cintas, y figuras antropomorfas muy estilizadas     



Los muiscas obtenían y consumían carnes de curi, conejo, venado, peces y aves. La carne de venado era consumida únicamente por la aristocracia. La caza y la pesca eran actividades poco practicadas por los muiscas y no domesticaron animales.                                                                                                                              





La abundancia de diferentes productos en determinados lugares, llevó a la necesidad de establecer las ferias o mercados, con el fin de facilitar el intercambio. Había frecuentes mercados públicos en lugares importantes como Bacatá, Zipaquirá, Tunja y Turmequé; estos se efectuaban cada cuatro días.
Este intercambio permite afirmar que entre los muiscas, el desarrollo tecnológico logrado y la efectividad del trabajo, produjeron un excedente, que era destinado en parte al almacenamiento para el pago de tributos o como reserva para épocas de crisis; la otra parte era utilizada para el trueque con otros grupos indígenas.
Los muiscas utilizaron discos de oro, especie de moneda de diferentes tamaños, peso y forma, lo que permite afirmar que no lo utilizaban como tal, sino como forma de conservación del oro.

La textileriafue de gran significado en los altiplanos fríos de Cundinamarca y Boyacá. El Cronista Fray Pedro Simón, refiere que los muiscas usaban mantas coloradas en señal de luto. Los indios de Lenguazaque las usaban de diversos colores y los cortesanos de Tunja muy ricas y decoradas; los sugamoxis envolvían los cadáveres de sus antepasados en mantas de algodón. En estas mantas pintaron una gran variedad de motivos geométricos, al parecer de carácter simbólico.
Gracias a las exploraciones realizadas por Eliécer Silva Celis, se sabe que las coberturas de las momias eran telas de algodón, mallas de fique y pieles de animales. La industria del tejido tenia para los indios una importancia extraordinaria; todos los acontecimientos de la vida los festejaban con regalos de mantas. Para decorarles usaban como colorantes numerosas plantas. También utilizaron los colorantes de origen mineral o especie de barro a base de tierras de colores.


La posesión de la sal, permitió a este grupo indígena obtener una ventaja natural sobre las tribus circunvecinas; la extraían de las salinas de Zipaquirá, Nemocón, Sesquilé y Tausa. Tales minas constituían el tesoro del soberano muisca y su principal recurso fiscal. El reconocimiento del prestigio que las minas de sal representaban a la soberanía de los Chibchas, se descubre por el comercio con las demás tribus. Según los cronistas, en Barrancabermeja los españoles encontraron algunos panes de sal, por lo que comprendieron el sendero que debían seguir para encontrar el pueblo civilizado.
La compactación de la sal requería hasta cierto punto complicado, cuyos detalles han cambiado poco durante los últimos cuatro (4) siglos.
Los muiscas explotaron los yacimientos de esmeraldas existentes en Somondoco. Para extraerlas, removían la tierra con barras de madera resistentes y hacían correr agua con el fin de descubrir y recoger las piedras preciosas. La extracción se realizaba en época de lluvias.
Con las esmeraldas hacían intercambio comercial por lo que fueron conocidas y apreciadas por tribus lejanas.
Los muiscas utilizaron también el carbón de piedra, el cual era extraído de la región de Sogamoso; el cobre lo extraían de la zona de Gachalá y Moniquirá; en menor escala, el oro; la mayor parte de este era obtenido mediante el trueque con otras tribus.

La alfarería se desarrolla en lugares cercanos a las fuentes saladas para hacer las gachas o moyos en que se compactaban los panes de sal. Los grandes talleres de cerámica artística, estuvieron en los pueblos circunvecinos a Tocancipá, Gachancipá, Cogua, Guatavita, Guasca y Ráquira, cuyas arcillas especiales ofrecían materia prima excelente para estas labores.
Los Alfareros chibchas, con los artificios de su tosca industria llenaban otras necesidades, tales como: husos y torteros de hilandería, rodillos labrados para impresión de relieves, bruñidores, crisoles y matrices de fundición, ocarinas y otros instrumentos musicales, así como multitud de pequeños implementos cuya aplicación no se ha podido establecer.

En el territorio Chibcha especialmente en Facatativá, Bojacá, Fusagasugá y en algunos sitios de la región ocupadas por los Guanes se encuentran piedras, generalmente grandes rocas, con dibujos indígenas con tintas indelebles. Suelen hallarse las mismas formas o figuras talladas en rocas. En Facatativá las piedras de Tunja con sus corpulentas masas geológicas, aparecen tatuadas con estas pinturas a tinta roja encendida, como testimonios callados, como garabatos prehistóricos que muestran la huella que dejo un pueblo en su peregrinación de siglos.
Es una de las manifestaciones arqueológicas más importantes de esta área, aunque algunos arqueólogos opinan que proceden de una época anterior a la llegada de los pueblos de lengua Chibcha a esa zona. La arquitectura Chibcha fue muy simple, no utilizaban piedra sino madera y paja.











Orígen
Los Chibchas eran un grupo étnico proveniente de Centroamérica, y se cree arribaron en una primera oleada durante el siglo VI a. C. Descubrimientos arqueológicos dejan constatar que en un principio eran grupos de pescadores y agricultores que se asentaron en el altiplano Cundiboyacense (ver figura 01); específicamente, este grupo se ubicaba en parte del territorio de lo que actualmente hoy es Colombia, en las altiplanicies andinas de Bogotá y Boyacá. A diferencia de otros grupos de Sudamérica, los Muiscas lograron un desarrollo cultural mucho mayor, y se les considera dentro del estamento medio de desarrollo cultural, en comparación con otros grupos de la zona. Dentro de sus expresiones culturales es destacable el manejo de la orfebrería, que debido a la inmensa cantidad de oro usado en sus elaboraciones, desató durante el siglo XVI el mito de El Dorado entre los conquistadores españoles; también desarrollaron el uso de la cerámica, mitos y leyendas bien elaborados, la caza, la pesca y la agricultura. 

La Leyenda Del Dorado